No intentes dibujar un recuerdo en la arena, que las olas acabaran por borrar. Quiero recordarte a trazos y palabras invisibles donde las olas no lleguen…
Desde aquí hundiendo mis pies en la arena de la playa dejando que las olas me traguen un poquito, dejando a mi mente soñar, sola…
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Ahora entiendo que a veces la felicidad no es un destino, sino un trayecto. Que es tan simple como un pequeño momento sin importancia…
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Gracias a mi familia, porque son todo lo que tengo.
Gracias a mi padre por enseñarme sin querer esas pequeñas cosas de la vida que te hacen desconectar y simplemente mojar los pies en una playa y sentirte libre…
Gracias a esa parte de Malaga “el rincon” por darme esas vistas nocturnas y mañaneras tan preciosas y a su playa y a su gente!!
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