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-Vida en solitario, no fue siempre una vida tan fácil, ni tan difícil como el resto del mundo, tampoco fue ni tan divertida, ni tan triste. Ni tan dolorosa, ni tan placentera, a pesar de que antepuse el placer a mi vida y acabe por perder cosas y ganar una barriga. Realmente no lo tenia planeado, pero supongo que tampoco me importa.
En fin no soy una de esas personas que sea capaz de darte en adopción, y me temo que tendré que quedarme contigo…A la fuerza claro….-

Eso pensaba yo antes de saber la verdad.
Las primeras semanas fueron bien, sin darme mucha cuenta, al ir pasando el tiempo con los meses comencé a vomitar, a sentirme asqueada de mi misma, a notar me mareada y pensar que no era justo que todo aquello me tocara pasarlo sola, como siempre. Pero aún estaba completa mente confundida.
-De acuerdo, la realidad es así, me levantaré y potaré y potaré hasta que ya no me quede más por echar y pese a eso seguiré con la sensación de vomitar, es que no hay más…Me quedaré contigo sinceramente porque no soy tan valiente como para darte en adopción….Me quedare contigo….A la fuerza claro…-

Un par de meses más tarde cuando estaba una mañana de sábado, con toda la mañana por delante libre sin el ajetreo del trabajo, habiendo me levantado a las 11 de la mañana, me dispuse a ir al baño y ver mis pelos de loca, mis ojos de dormida y a sentirme echa un asco como todos los fines de semana. Pero éste, sería diferente sin yo darme cuenta.
Después de hacer pis, y hacerme bien la coleta frente al espejo, me subí la camiseta del pijama y vi mi gran barriga de casi 6 meses y pico o 7 ya practicamente. y Noté en ese momento que te movías. Patadas dentro de mi, como no me pude dar cuenta antes…Supongo que si las darías pero estaba tan absorta en mis cosas que ni me entretuve contigo a descubrir nada…
Te estabas moviendo dentro de mi. Durante todo el día te hiciste notar y como hacía buen tiempo veraniego decidí salir a pasear sola…Y por el camino me dije…
-No, sola no…he salido con mi pequeño trasto, que dentro de poco me convertirá la vida en un lío-

No…Sola ya no. Un suspiro tranquilizante al llegar a casa después de la vuelta y al subir en el ascensor te seguía notando, luego comimos y nos quedamos toda la tarde viendo una película. Yo empecé ha comentarte las cosas de la película, parecía bastante estúpida pero no había nadie más que tú.
Al ir acercándose la noche seguías dando alguna que otra patada y al aostarme en la cama y suspirar de nuevo profundamente, pude sentir dos latidos en mi cuerpo. El mío…..Y….El tuyo.
Lo note bastante tenso, asique comencé a cantar una melodía para que fueras calmándote y con el transcurso del tiempo fuiste animando y acabe por relajarme y supongo que te dormiste conmigo.
Fuero pasando las días y yo cada vez hacía más por mi barriga que por mi misma y sin saber cómo…pude llegar hasta el hospital y dar a luz. Sola no, junto con mi familia que se preocupó de mi las últimas semanas.
Casi muero de dolor hay dentro, quería huir, desvanecerme. Mil manos intentando controlar tu salida, mil voces intentando calmarme pero ninguna lo hacía, nadie era capaz de que dejará de sentir dolor, de que quisiera morirme. Hasta que…
Hasta que te escuche llorar. Jamás, imaginé sonido tan precioso como el de tus pulmones gritando, terminé llorando y tu estabas bien, asique te pusieron sobre mi pecho e inmediata mente sin saber el por qué, dejé de sentir ningún dolor. Todo había desaparecido. Las manos, las voces, las luces, las caras de los médicos…¡¡Todo!!

-Hola peque, ¿Qué calentito, no?- Yo seguí llorando mientras te hablaba y tú parecías irte relajando con el sonido de mi voz. -¡Si! ¡¡Oye!! Soy….Soy yo…La tía que te hablaba, la que te cantaba, la que comía pasteles y chocolate por ti….La que te seguirá cantando, la que te enseñará ha hablar y caminar, la que cuidará de ti cuando estés enfermo y cuando no. La que te regañará y la que te dará besos todos los días…-
Al sacarme a planta y dejarme reposar ya contigo embarazos y evidente después de que todo el mundo se fuera y nos dejara solos a los dos…me levante de la cama y fui a tu cunita a la vera de mi cama de hospital y te cogí entre mis brazos y te susurré despacito y al oído…
-Soy yo…Mamá….-


Después de aquello, no puede sentirme sola nunca más….Contigo todos los días son soleados aunque el cielo esté completa mente nublado. Porque das luz a todo lo que me queda de vida.