Aquella vez caminaba por las calles de Madrid sin ningún rumbo aparente, sin querer llegar a casa y sentir soledad. Como sin darme cuenta de mis pasos acabe en aquel lugar, y de lejos pude adivinar que te encontrabas allí. Habías quedado con otra persona y no parecias verme, tu mente había volado a otro lugar, sonreía a otros ojos. Entoncés yo desde la lejanía puder ver como reías, como mirabas aquélla persona tan afortunada que ahora estaba caminando contigo, a tu lado.
Y de alguna manera, se me hizo una sonrísa. Ahora uno de los dos, era feliz.
Empezaste ha hacercarte sin darte cuenta, y rozaste casi mi hombro y solo un “disculpa” y ni siquiera te diste cuenta de que era yo. Tú seguías con aquella sonrísa tuya tan magnífica y con aquella persona. Yo suspiré y me quede mirando el como marchabas.
Te diste la vuelta y yo intenté hacer que no te habíha visto, pero fue imposible, empezaste ha acercarte despacito y me saludaste diciendo lo típico que se dice “¡Cuánto tiempo! ¿Qué tal estas?….¿Qué es de tu vida?” en fin esas cosas que no tienen importancía, pero que se dicen…
Cobarde mí, te respondí con una sonrísa pero con el alma llena de lágrimas y de añoranzas por ti. “Bueno espero…volver a verte pronto” dijeron tus palabras, pero sentí que tu voz temblaba y comenzaste a caminar sin dejar de mirarme. Y yo mientras sonreía.
Retome mi camino a ninguna parte con lágrimas en mis ojos, esas que caen tan fuerte que las sientes calientes, dulces y dolorosas y supe, que ya no vendrías más a calmarme, que otra vez me tocaba dejar pasar el tiempo. Que mi corazón es idiota y sigue en ocasiones pensando en ti, en tu sonrísa, en tus ojos…
No sé muy bien el por qué pero suopngo que empezó a llover y no me deví de dar cuenta, acabe empapada, y al llegar a mi puerta suspiré.
Al abrir la puerta, encontré en el suelo una especie de papelito que ponía “te espero dónde siempre”
Cerré la puerta, y salí corriendo con el papel en la mano, la calle estaba mojada y la lluvia no cesaba, pero yo no lo noté.
Unos veinte minutos corriendo empapada,con el pelo calado, a la cafetería de siempre…Y al llegar estaban cerrando y me quede con las ganas. Tantos esfuerzos para nada, pero sin embargo oí un silvido. Eras tú en una esquina resguardandote de la lluvía. Con aquella sonrísa…
Me planté enfrente de ti y te dije un tosco “hola ¿Qué….” y no pude ni terminar la frase, tu ya habías tirado de mi hacía ti de un brazo y estabas besándome. Como si fuera la primera vez.
“Perdonamé….” tu voz susurraba en mis labios mientras me besabas despacito y yo sentía cada respiración tuya.
Y derrepente, los rayos de sol me dierón de pleno y empecé a desperezarme y a quitarme las sabanas, fui al baño como cada mañana y luego volví a la cama y suspiré. Pensé “algún día….correré bajo la lluvía por una persona” y cn eso tape mi cara con las sabanas y volví a dormirme ya que era fin de semana…Calentita, soñando en cosas que no pasarán, pero aún así sigo guardando la esperanza…
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