domingo, 29 de enero de 2012















Nose puede odiar algo que es distinto, único. Algo que no tiene sombra, ni tiempo. No puedo odiar algo que no se ve porque cuando estas dentro no hay nada.
Y a la nada odiarla es un poco imposible, ya que no es nada y a la vez lo es todo.
Cuando todas las luces se apagan y predomina esa oscuridad,me alivia el pensar que me ayuda al sueño, que si hubiera luz no podría soñar y tendría que esperar a mis sueños sentada en la cama.
Olvido la luz cuando siento que no puedo odiar a la oscuridad, pienso que no es sensato no intentar amarla un poco.

Me encanta cuando no hay luz, y en mitad de esa nada se enciende una vela, que apenas ilumina la estancia donde predomina la nada, esa luz tan cálida. Y es en momentos como ese cuando piensas que sin esa nada, no valorarías tanto esa pequeña luz cálida.
Cuando piensas que sin la nada tendríamos que esperar a los sueños sentados en la cama...

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